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febrero 24, 2025

A 20 AÑOS DEL HALLAZGO DEL MONOLITO 32 EN TAMTOC: UN DESCUBRIMIENTO QUE REDEFINIÓ LA HISTORIA MESOAMERICANA

Hace dos décadas, la mañana del 24 de febrero de 2005, el sitio arqueológico de “Tamtoc” en Tamuín se convirtió en el epicentro de un hallazgo que sacudiría la concepción de las culturas prehispánicas en Mesoamérica. Un grupo de exploración dirigido por el arqueólogo Guillermo Ahuja Ormaechea tuvo el primer contacto con el Monolito 32, una escultura de piedra de dimensiones monumentales que, con sus representaciones simbólicas, desafío las narrativas establecidas sobre las civilizaciones huastecas y su desarrollo en la región.

El impacto del hallazgo traspasó fronteras. Investigadores de diversas partes del mundo se volcaron en el estudio del monolito, asombrados por sus elementos iconográficos que sugerían una cosmovisión compleja, influencias culturales inesperadas y una estructura social avanzada en la Huasteca prehispánica. Su antigüedad, estimada en más de 2,500 años, reescribió la historia conocida de la región, elevando a “Tamtoc” a un nivel de importancia comparable con otros grandes centros ceremoniales de Mesoamérica.

La figura de Guillermo Ahuja fue clave en este hallazgo. Su vasta experiencia en la arqueología mexicana, cimentada desde su participación en el descubrimiento de la diosa “Coyolxauhqui” en 1978, le permitió interpretar con agudeza los indicios que llevaron al hallazgo del Monolito 32. Su trabajo en “Tamtoc” ha sido fundamental para revelar nuevos aspectos de la cultura huasteca, incluyendo la Mujer Escarificada, también conocida como la “Venus de Tamtoc”, una escultura que destaca por su singular belleza y que refuerza la idea de una sociedad con un alto desarrollo estético y ritual.

Desde su descubrimiento, el Monolito 32 ha sido objeto de numerosos estudios que buscan desentrañar el significado de sus representaciones. Las divinidades esculpidas en la piedra siguen generando interpretaciones diversas, y es probable que en el futuro continúe revelando información crucial sobre el pensamiento y la religión de los antiguos habitantes de “Tamtoc”. Este hallazgo no solo reafirma la riqueza histórica de la Huasteca, sino que también mantiene a México en el centro del interés arqueológico internacional.

A dos décadas de su descubrimiento, el Monolito 32 sigue siendo un enigma fascinante. Su presencia en “Tamtoc” es testimonio del esplendor de una civilización que, poco a poco, revela los secretos de su grandeza al mundo.

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